TÚNELES, FARO Y BAUTISMO DE MONTAÑA
En un día nada propicio para las excursiones, con cielo nublado, mucho viento y algo de frío nos aventuramos a una pequeña excursión, unas cuatro horas andando y aprovechando una tregua que nos daba la lluvia, para subir desde el pueblo de Alnes hasta el lago glaciar de Alnesvatnett a 255 . Aquí en España es un simple paseo, pero en Noruega es subir desde el nivel del mar en un tramo de unos tres kilómetros y si encima llevamos a un pequeño con la cuarentena (que valor llevar a un bebe) pues tiene su esfuerzo.
Bueno, antes para llegar hasta este pueblo hay que pasar por tres túneles, primero el de Ellingsoytunnelen de 4 km. pero que desciende hasta más de 100 metros por debajo del mar, para luego volver a subir a la superficie.
Por último el Godoytunnelen de tan solo un carril y mas corto, pero esta vez sin descender bajo el mar. Este se encuentra en la isla de Godoya lugar donde haremos la excursión. El verano pasado habíamos estado por aquí, había sol y muy buena temperatura, pero este día no fue así.
La excursión se inicia cruzando en parte el pueblo con las típicas casas noruegas que en estas fechas adornan sus jardines con hermosos tulipanes y jacintos.
Cartel que indica que se cierre el portillo o hangarilla.
El pueblo de Alnes con su pequeño puerto y su famoso faro construido integramente en madera.
La subida es constante hasta llegar al lago por un camino que va bordeando la montaña. Hay que tener mucho cuidado con no resbalar porque el camino está muy húmedo. La vegetación es un poco familiar, enebros marinos, brecinas y ningún árbol ya que las condiciones meteorológicas en este lugar dificultan su crecimiento.
Lago glaciar de Alnesvatnett a 255 m.
Poco tiempo pudimos estar andando por los alrededores porque Héctor reclamaba su ración de comida y porque el tiempo empeoró cayendo algunas gotas y hubo que apresurar el descenso con algo mas de cuidado.
Fue su primera excursión, cortita pero intensa en sensaciones.
